Bienvenidos a esta segunda entrada de mailings (tras el ejemplo de cc). Hoy nos vamos a dedicar a realizar un análisis muy pormenorizado de un e-mail de cofidis que le llegó a mi madre hace ya algún tiempo y que guardé porque tiene muchas cosas interesantes que se pueden observar con detenimiento.
Una buena idea, pero un mal mailing
Esta fue la carta que enviaron a mi madre, aparentemente es un mailing muy divertido, impactante y curioso que te hace en primer lugar abrirlo (eso de “como no tengo su correo electrónico, lo he imprimido y aquí se lo envio” tiene mucho gancho), y después leerlo sin pensártelo dos veces, sin embargo…si os fijáis bien, y aunque parezca un e-mailing, en realidad y esto es lo que hace la carta original y da ese impacto fuerte inicial, no es un mail sino una carta comercial (mailing) diseñada como un e-mail.
Si bien queda claro que el objetivo del mailing es reactivar a un posible cliente (primeros párrafos), y para ello ofrece “un crédito personal sin gastos de estudio, de apertura, ni de cancelación” no explica más detalles, no profundiza sobre lo que es realmente importante, ¿porqué el cliente no ha dado respuestas a anteriores comunicaciones? ¿que podemos ofrecerle? tal vez el cliente ni siquiera sepa quiénes somos o lo que ofrecemos. No obstante, hay un intento de personalización (la impresión de datos variable permite hacerlo) que es de justicia alabar.
Quien escribió este correo (que no es realmente siempre quien firma) intentó unificar el mailing con el e-mailing, pero no se dió cuenta de un pequeño pero fundamental detalle: poner contenido a la idea y adaptarlo a las circunstancias y al entorno.
Hay que adaptar el contenido
En el correo comercial personal a mano (se entiende comercial), una carta puede ir al montón A (se leerá y revisará) o al B (se lee por encima y se tira), dependiendo de muchos factores, pero desde luego de la propia carta, este medio no es online, es offline y ello implica una gran diferencia, no es lo mismo hacer que un posible cliente sepa quien eres a través de un enlace (lo hará con seguridad porque esta leyendo el e-mail desde un dispositivo portatil) que indicarle que te llame.
¿Con 3 parrafos consigues que un cliente que dejó de serlo se reactive? ¿alguien es capaz de explicarle a un cliente porque tiene que contactar contigo por 3 líneas? eso puede servir (que tampoco) en un e-mail pero desde luego jamás en un mailing.
Una buena idea sin un contenido adaptado acabará irremediablemente en fracaso.
Se podía haber hecho de otra manera, a a saber:
- Explicándole que cambios y/o mejoras se han hecho desde la última vez que cliente y empresa estuvieron en contacto.
- Explicando en párrafos posteriores los términos de esa oferta.
- Poniéndole más fácil la respuesta; “la llamaremos en los próximos días, este mail es sólo para comunicárselo…”
¿Qué pensáis acerca de la forma de actuar de cofidis en este caso?, ¿llamaríais?