En la historia económica el pez grande suele comerse antes o después al pez chico. Esto ha pasado siempre y no es una excepción en el siglo actual. Cuando quedan varios peces grandes en esa parte del océano, surge lo que consideramos como oligopolio, cuando de entre esos peces, un único pez acaba siendo el único en el sector, aparece el denominado monopolio.
Actualmente, las corporaciones más poderosas están aglutinando múltiples actividades, comprando a sus competidores, y siendo prácticamente players únicos en uno o varios sectores. Y un caso emergente de esta situación está en las empresas tecnológicas conocidas como GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft). La pregunta es, ¿son un monopolio?
¿Qué es un monopolio?
Un monopolio es una situación extrema de un mercado de competencia imperfecta en el que una empresa goza de una posición de privilegio (legal, de fallo de mercado, o de ventaja diferencial) abasteciendo éste en exclusividad, un producto o servicio difícilmente sustituible para toda la demanda.
Dicho lo cual, un monopolio no tiene por qué ser negativo, y hay varios ejemplos de ello, por ejemplo la propia seguridad de los estados, el cuerpo de bomberos etc.
Un ejemplo de monopolio por privilegio legal sería el de las licencias de vehículos de transporte de personas. Un modelo de privilegio con una barrera de entrada clara: licencias, y una ventaja exclusiva generada por la regulación que elimina a la competencia que no posea dicha licencia. ¿Resultado? Maximización de la función de ingresos para los poseedores de licencias y un GAP para el consumidor que jamás se daría en un sistema de competencia perfecta.
Donde hay más debate acerca de si es o no un monopolio, es en el aspecto de la ventaja diferencial, ése que lleva a tener un mayor poder en el mercado. Y una ventaja diferencial de la que se sospecha durante el último siglo, ha sido la tecnología. Este interesante artículo del New York Times (https://www.nytimes.com/2018/02/20/magazine/the-case-against-google.html), The Case Against Google, cita que cuando los tribunales han censurado monopolios, el patrón común entre esos monopolios, fue siempre la tecnología.
Dicho lo cual, cabe mencionar que las leyes antimonopolio, no buscan castigar a las empresas por ser exitosas, aunque sean dominantes. Lo que buscan es evitar que esas empresas, en su posición de poder de mercado, no hagan prácticas que excluyan a sus competidores.
Y ése es el punto central de este artículo, si las nuevas empresas tecnológicas (GAFAM), son o no monopolios que ejercen prácticas para eliminar o excluir posibles competidores. Y en caso de hacerlo, si los gobiernos y la legislación deberían intervenir para favorecer la competencia.
La figura del antitrust, la búsqueda de mercados de competencia perfecta
En la teoría económica, hay claramente posiciones enfrentadas en este tema. Por un lado, todos aquellos que defienden una actuación activa en la economía por parte de los legisladores para evitar monopolios, y por el otro, la de aquellos que opinan que el mercado se autorregula sólo. Fruto de ello, la intensidad de las leyes antimonopolio en Estados Unidos han ido variando durante el último siglo hacia criterios más laxos (autorregulación), o más intensos en materia antitrust, dependiendo de la época, -como bien cita este interesante artículo de la Harvard Business Review-.
- Intensa legislación antimonopolio en dos periodos, por un lado entre 1900-1920 y por el otro entre 1940-1970)
- Muy baja intensidad antimonopolio en los periodos 1920-1940 y 1970-actualidad
Volviendo a la situación actual, Google y otros titanes se justifican en la línea de la mínima necesidad de figuras antitrust, argumentando que en Internet la autorregulación del mercado es aún más efectiva, porque la competencia está a solo un clic.
Por otro lado, cabe analizar lo que expuso allá por el 1978, Robert H. Bork, jurista estadounidense muy crítico con las leyes antimonopolio en Estados Unidos.
“Competition is only a click away”?
Entre la paradoja antitrust, la autorregulación del mercado y las posibilidades de encontrar sustitutos en internet, parece complicado rebatir esta afirmación que hizo Larry Page. No obstante, al conocer casos ilustrados en el artículo The Case Against Google, como los de Skyhook, Yelp, Getty Images o Foundem (por el que fue sancionado astronómicamente Google por parte de la UE, aunque no por EE.UU.), no parece tan claro eso de que “la competencia está a tan sólo un click”. Sin embargo, y volviendo al caso de Foundem y Google Shopping, es anecdótico que la UE si sancionase a Google y los tribunales americanos no. El porqué de no sancionar en EE.UU. se debe a que en este país, el criterio que los juristas han adoptado para considerar una práctica como monopolística está muy alineado al que exponía Bork, recordad: ni cuota, ni tamaño, sino si perjudica al consumidor.
¿Es que acaso acabar con la competencia no genera perjuicio a largo plazo contra el consumidor? Los tribunales americanos entendieron que no, al contrario que los europeos. Claramente se marca un distanciamiento entre la política antitrust europea respecto a la americana. Desde el punto de vista económico, digamos que la Unión Europea recoge una política liberal más cercana al modelo austríaco (Hayek) y Estados Unidos a la concepción de la escuela de Chicago
Google podría no haber existido de no haber leyes antitrust
En los 90′, Microsoft era netamente dominante (con prácticas muy cuestionables para preservar su supremacía). Pero en este caso, si que le llevaron a los tribunales y fue sancionado. Mucha culpa de ello la tuvo el abogado antitrust Gary Reback, al que Wired le dedicó una portada. En opinión de Gary Reback, el hecho de haber condenado a Microsoft como un monopolio es una de las razones por la que existe Google. Argumento con el que, -según el artículo The Case Against Google -, coinciden antiguos empleados de la compañía de Redmond
En Europa mientras, ya tenemos nuestro particular Reback europeo, la danesa Margrethe Vestager. No le está temblando el pulso a la hora de investigar a Google (caso comparador, caso de android etc.). Y puede provocar un efecto dominó en cómo USA entiende su concepción antitrust.
¿De verdad el mercado puede autocorregirse?
Con el caso de Google y otras Big Tech en USA está resurgiendo el fenómeno antitrust en su concepción de Hayek. Se cuestiona la capacidad mítica de los mercados para autocorregirse
El importante economista de la escuela austríaca ya cuestionaba en sus obras dicha capacidad, porque no eran eficientes a la hora de intentar llegar a modelos de competencia perfecta, criticando abiertamente el Laissez Faire. Y la realidad es que creo que con estas empresas tecnológicas nos alejamos de la competencia perfecta, porque lo que se está viendo es que está aumentando el poder de mercado de estas empresas, y no es un poder “momentáneo”, sino duradero. Y a mayor poder de mercado, la capacidad de autorregulación del mercado, se vuelve ineficiente. Y si se demuestra, como es el caso de Google, que se usa ese poder para eliminar a la competencia, coincido con la visión de Vestager y de la comisión Europea, estamos ante prácticas monopolísticas.
Se está viendo en los sectores industriales de Estados Unidos, donde desde la última década, el 75% de las industrias están sufriendo importantes concentraciones de empresa , y en paralelo, está cayendo la entrada de nuevas empresas a los diferentes mercados. El hecho de que pocos actores dominen un sector, no sólo influye en reducir la competencia, sino en una pérdida de la eficacia del mercado. ¿Acaso no está ocurriendo exactamente lo mismo en los sectores tecnológicos?
Ante las críticas a la Unión Europea por mantener una política antimonopolio más intensa que la americana, simplemente deciros que no son pocas las voces en USA, pidiendo más intensidad al respecto de la aplicación antitrust. Y a los que creen que sólo con una política antitrust intensiva local y no global, se resolverá el problema de las prácticas monopolísticas de las Big Tech, simplemente, no creo que sea suficiente. En este juego, ya no sólo hablamos de economía y de mercado, sino de política y estados-nación con menos poder que algunas empresas…