La dilución de marca por el parasitismo del intermediario tecnológico

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“El parasitismo es un tipo de simbiosis, una estrecha relación en la cual uno de los participantes, (el parásito o huésped) depende del otro (hospedante, hospedador o anfitrión) y obtiene algún beneficio. En la mayoría de los casos de parasitismo el hospedador percibe un daño o perjuicio por parte del parásito en algún momento del ciclo”

Algo muy curioso está pasando….y algo más curioso puede pasar

Cuando vi ésta y otras imágenes circulando por la red, me extrañé de que tuvieran tantos likes. ¿Es que nadie se ha dado cuenta de lo que significa esta imagen?, ¿es que nadie se ha dado cuenta de que estas empresas tecnológicas están cerca de tener un monopolio sin necesidad de “crear” nada nuevo, sin materia prima?

¿qué pasa con los creadores de valor en los sistemas de parasitismo tecnológico?

Y esto es bueno me diréis. Yo os digo; depende…

No seré yo el que niegue el potencial negocio que hay detrás de la intermediación tecnológica, pero el peligro que conlleva es evidente, si estas empresas llegan a monopolizar sus sectores, ¿qué pasaría entonces con los generadores de contenido, inventarios, alojamientos o coches? el riesgo a volver a situaciones de extorsión (esta vez sin látigo) es evidente, pues cada posible competidor será comprado por una de estas cuatro (¿recordáis instagram o whatsapp verdad?)

Desde luego, si nos parece grave la situación de los agricultores respecto a los supermercados por la fuerza negociadora de éstos últimos. Lo que puede suceder con los intermediarios tecnológicos sostiene esta comparación. Y esto que os cuento no es algo que me invente, es algo que ya se está empezando a ver.

Ejemplos de situaciones monopolísticas y riesgos que genera la intermediación tecnológica

Una de las reglas de oro de cualquier negocio es que no mas del 25% de sus ingresos dependan de un solo cliente/proveedor. Sin embargo, el dinero es ansioso y la incapacidad de muchos para diferenciar canal de venta/distribución de cliente/proveedor de estas empresas tecnológicas es evidente. Amazon no es un canal, Amazon es un proveedor. Es un B2B. ¿Facebook? no es tu medio, es una empresa que se nutre de contenidos e información de terceros para que tú puedas impactarles. ¿Uber? es un NEGOCIO, nada de economía colaborativa. ¿Y Android? es un servicio que no es gratuito.

Y si tus ingresos dependen en más del 25% de uno sólo de ellos, vas a tener problemas porque ellos son monopolios (de hecho son monopolios de productos, servicios y contenidos de terceros), curiosa paradoja, ¿no?

A continuación os cito algunos buenos ejemplos:

1. Amazon y sus condiciones a los vendedores

Amazon es seguro, es fiable y es rápido porque detrás de ese gran servicio tiene un monopolio muy bien montado. El argumento es simple, en Amazon vas a vender, pero como el poder que tiene es cada vez mayor, puede exigir cosas a sus vendedores tales como:

“Compañías como la nuestra pasan años trabajando para conseguir un producto nuevo, innovador y patentado. Entonces, cuando se vende bien en Amazon, la compañía lanza otro que se parece mucho, más barato, y lo recomienda a los consumidores en nuestra misma categoría”, denuncia Chow.

Y más allá de las condiciones está el problema de la dilución de la marca del vendedor. Cuando estás en amazon, ¿compras A amazon o compras EN amazon?

2. Facebook, otras redes sociales y sus algoritmos ‘opacos’

La plataforma de contenidos más grande con más de 1,59 billones de usuarios únicos, es un claro ejemplo de cómo rentabilizar el contenido generado por terceros. Son los mejores porque no sólo se dedican a trabajar para el usuario, sino porque además ofrece a los anunciantes un backoffice de estadísticas bastante interesante. El problema, claro está, es que entre ellos y google tienen el monopolio de las métricas de internet pues cuando la cookie “muera”, dependeremos de ellos en gran medida para poder trabajar con usuarios únicos.

Más allá del dilema de las métricas, en el caso de facebook, el problema viene precisamente porque al tener esa cuota de mercado y esa audiencia; pueden modificar su algoritmo como les venga en gana con el fin de monopolizar la información, siendo un peligro claro contra la neutralidad de la red.

David Byrne - The Echo Chamber
Imagen de David Byrne

César Alierta – “La neutralidad de la red se la han inventado quienes no son neutrales”

No juzgaré la gestión de Alierta pero coincido con esa frase y hay claros ejemplos de ello en las redes sociales que os cito a continuación:

Y como pasaba con Amazon, ya hay un 43% de usuarios que no saben de dónde provienen las noticias que leen, es decir: dilución del creador del contenido, y lo más peligroso; una amenaza creciente a la ruptura de la neutralidad de la red. Para acabar con esta parte, os dejo un gran artículo que esboza muchos de los peligros ante los que nos encontramos (y de los que me gustaría que más gurús hablasen cuando mencionan las bondades de la economía colaborativa y de los algoritmos)

3. Google y su monopolio en el software Mobile

Ya he hablado de cómo Android es ya prácticamente un monopolio del software mobile. Hace ya algunos años, para los fabricantes la instalación de la primera versión de Android fue gratuita, en la actualidad dependiendo de qué fabricante, Google puede llevarse en torno al 30-50% de la venta del móvil por tener su SO. Pero es que además, cualquier aplicación vendida a través de su App Store supone un pago del 30%. ¿Lícito? desde luego, es SU plataforma, pero es que no hay alternativa. Si bien en este caso hay que reconocer que ellos no hacen dilución de la marca del fabricante.

4. Servicios P2P (Whatsapp, Line…)

Whatsapp no monetiza (aparentemente, porque el data que saca de facebook, y que ahora confirma con una actualización, es esclarecedor), Line si. Pero en cualquier caso, sin gastar dinero en infraestructuras (cosa que si han hecho las operadoras) se aprovechan de todo ese cable y redes, para generar un negocio. ¿qué pasaría si fruto de esto, las operadoras – generadoras de esas infraestructuras – cayeran?

5. Adblockers

Al principio todo eran buenas palabras a pesar del daño que están haciéndole al sector publicitario (posiblemente uno de los que más remuneran a los creadores de contenido), “Vienen a mejorar la UX, son consecuencia de la mala publicidad”, sin embargo su modelo de negocio es bastante oscuro y se basa precisamente en exprimir a los creadores de contenidos (en este caso publicitarios). ¿Os suena la película?

Y a la hora de contrarrestarlo, había alternativas:

  1. Hacer buena publicidad y comunicarle al usuario que desactive el Adblock.
  2. Usar tecnología para ‘saltar’ al bloqueador.
  3. Pagar al bloqueador por entrar en su whitelist.

Imaginaréis que los grandes Gurus optaban por la primera opción y veían fatal que los medios usasen tecnología para bloquear al adblocker. Que no era la forma, que no se debe presionar al usuario…etc. Pero varias cosas han pasado desde que empezaron estas supuestas recomendaciones; la primera es que aunque bloquear publicidad es legal, el modelo de negocio de estos bloqueadores no lo parece. La segunda es que Facebook también usará tecnología para bloquear al adblocker.

Y cuando Facebook hace algo, sus soluciones (las mismas que los medios hicieron ya el año pasado sugiriendo al usuario a no usar en su web el bloqueador para poder acceder a sus contenidos) dejan de ser las malas soluciones pasadas de los medios y pasan a ser “una respuesta razonable“.

Intermediación tecnológica + ingeniería fiscal

Y el efecto del “algo muy curioso está pasando” se ve intensificado por una ingeniería fiscal motivada bien por prácticas de evasión de impuestos o simplemente por limbo legal, lo que supone una ventaja competitiva adicional en forma de recursos extra para I+D. Y éstas plataformas no son la excepción. A continuación os pongo algunos ejemplos.

Hace semanas vimos como Bruselas acusaba a Apple de selective tax treatment, práctica que se está haciendo habitual entre las multinacionales.

También hemos visto recientemente cómo Italia o España están investigando a Google por evasión fiscal, que Facebook tiene que pagar una multa millonaria por impuestos atrasados etc. Y aunque es verdad que otras como Amazon recientemente en España ha abierto una sede fiscal, (ya era hora después de operar y tributar en paraísos fiscales durante tanto tiempo) la realidad es que:

  1. Mientras estas empresas usaban su ingeniería fiscal para evitar pagar lo mismo que el resto, la competencia sí que ha pagado. ¿Qué significa? que mientras unos destinan parte de su Bº a impuestos, otros lo destinan a más recursos o a I+D. Eso amigos míos es competir en desigualdad ¿no?.
  2. Esta ingeniería fiscal les permite pagar, eso si…bastante menos de lo que pagan los que sí son creadores de contenido (medios), de productos (fabricantes y retails), de servicios (taxis), u hoteles. Y esto no es culpa suya, sino de una regulación que genera un flagrante caso de competencia alegal.

No es de extrañar que ya haya quiénes abiertamente propongan evadir impuestos tal y como hacen estas grandes empresas. Como ejemplo tenemos lo que está sucediendo en un pueblecito galés: Crickhowell, en el que los comerciantes de la zona, están haciendo un plan de evasión de impuestos completamente legal que pretenden trasladar al resto de comerciantes de otras localidades; el fenómeno The Powys Tax Rebellion.

Lamento profundamente que se me tache de ir contra el progreso, contra la evolución etc. pero para alguien que cree en el libre mercado y que observa que todo son buenas palabras, creo que es de justicia pedir que los beneficios tributarios y de regulación que tienen estos “intermediarios” sean cuanto menos los mismos que los del resto de competidores.

Pero al menos darán trabajo…

¿De veras darán trabajo?, yo no lo tengo tan claro. ¿Sabíais que por ejemplo Facebook por eso de preservar la neutralidad de su red y evitar sesgos – curiosa paradoja cuando el algoritmo, como hemos dicho antes, produce un efecto eco que distorsiona la neutralidad y crea sesgos – ha despedido a un equipo de entre 15 y 18 editores que seleccionaban los temas más relevantes. O cómo se están planteando el uso de bots en atención al cliente.

Apple da 6.000 puestos en Irlanda, a costa de pagar un 0,005% de impuestos, lo que destruye a su competencia del país que pagan un 1%, y a la europea (18-36% IS)

Por otro lado, el negocio “colaborativo” de Uber, también considera que son sus “colaboradores”, es decir, sus conductores; quiénes le están haciendo perder dinero. Éste es el paso previo a la automatización del servicio.

Y podemos seguir así hasta el infinito…

¿Van a dar todo el trabajo de un país un par de multinacionales?, ¿quedará competencia que lo ofrezca?, ¿Y si ese trabajo acaba siendo ejecutado en su mayoría por robots?

Yo lo único que pido es que haya menos cinismo, que no me digan que algo que NO ES economía colaborativa lo es, o que no digan que trabajan en pro de la humanidad. Trabajan como todos, por un beneficio.

¿Quién se puede librar de esta dilución?

Lógicamente las grandes empresas. No es casualidad que haya ya medios alzando la voz y pidiendo crear una red social propia, tampoco que fabricantes de Mobile como Samsung, estén desarrollando su propio sistema operativo, que algunos Retails estén dejando de usar Market-Place para la venta (ya Amazon tiene definido su siguiente paso para contrarrestar esto: tiendas físicas), que las operadoras se vayan a otros mercados (el sector audiovisual es un gran ejemplo).

Pero, ¿qué pasará con todas esas pequeñas empresas y creadores que no pueden competir contra ingenierías fiscales y esta dilución de marca? Ya se lo digo yo, el parásito se cargará a su huesped.

Makertan