El debate sobre la renta básica universal lleva con nosotros muchas décadas, si bien empieza a ser un tema de total actualidad. Y no es para menos, ya que el futuro del trabajo que antes era muy lejano comienza a acercarse.
Un futuro donde las empresas serán líquidas, y los empleados trabajarán por proyectos (con lo que ello implica). El trabajar a tiempo completo será una rara avis, y las personas tendrán que saber rentabilizar los trabajos parciales por proyectos con su vida personal. El trabajo por cuenta ajena no será como ahora, y la renta que los empleados perciban, evidentemente tampoco. Un ejemplo muy claro lo podéis ver en la Gig Economy y los riders…
La renta básica universal, ¿realidad o ficción?
A raíz de la propuesta que hace años hizo la eurodiputada Mady Delvaux, el Parlamento Europeo pidió en febrero de 2017 a la Comisión Europea que estudiase legislar sobre robótica e inteligencia artificial. En dicha propuesta se incluían cuestiones como la responsabilidad de los robots, estándares éticos, la renta básica universal o la posibilidad de que los robots pagasen impuestos para paliar los efectos negativos derivados de la probable destrucción de puestos de trabajo.
¿Quién pagaría esta renta básica?
Y es que aunque hay empleos nuevos que están por construirse, los robots más sofisticados no sólo reemplazarán tareas repetitivas sino que también podrían realizar empleos de alta cualificación.
En ese sentido, la eurocámara se ha pronunciado y, aunque ha aceptado abrir el debate sobre la responsabilidad de los autómatas más sofisticados, o la creación de un código ético para la UE, rechazó la opción de que los robots más sofisticados pagasen impuestos.
Sobre este tema hay opiniones de todo tipo, desde Bill Gates -quién afirmó hace poco que “si un robot reemplaza el trabajo de un humano, éste debería de pagar impuestos”, hasta la propia Federación Internacional de Robótica (IFR) que creen que “la idea de introducir un impuesto a los robots habría tenido un impacto muy negativo sobre la competitividad y el empleo”.
Que antes o después los robots acaben siendo nuestros compañeros de trabajo es un hecho cuyas implicaciones preocupan -y mucho- a la Unión Europea. Y es que durante los últimos años, el Parlamento Europeo ha estado debatiendo acerca de la posibilidad de atribuir algún tipo de personalidad jurídica a los robots, a raíz de una propuesta efectuada en mayo de 2017 por la eurodiputada Mady Delvaux. En ella, se proponía la creación de un estatuto jurídico específico para que los robots autónomos más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas.
Son muchas las preguntas que se derivan de todo ello: ¿Quién asumiría en este hipotético caso la responsabilidad de las acciones?, ¿qué pasará cuando haya una negligencia o exista un delito fruto de las acciones del robot?, ¿ quedarán exonerados de responsabilidad los fabricantes y programadores del autómata en caso de que los robots tengan personalidad jurídica?
El 24 de mayo de 2017, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (en adelante OCDE) presentó el informe ¿Qué cambiaría con una renta universal? En dicho estudio, se analiza la situación de Italia, Francia, Finlandia y Reino Unido, hipotetizando sobre las consecuencias de aplicar un salario universal a todos los adultos y menores, exceptuando jubilados.
Durante ese mismo año, empezaron a probarse pilotos en otros países Ya en otros países se han hecho pilotos. En Finlandia se probó a pagarle la misma renta a todo el mundo (2000 desempleados), en Canadá el 50% de lo que cada individuo obtuviese de su trabajo. En septiembre de 2017 comenzó a probarse en Holanda…
Y lo que se demuestra de este estudio -y para esos cuatro países analizados, es que cuanto mejor sistema de ayudas sociales y redistribución de la renta exista, menos efectiva parece ser la aplicación de la renta básica universal.
En otro estudio del BBVA Research, se estimaba que el coste anual de aplicar en España la Renta Universal supondría 7.471€ por adulto, y 1.492€ por cada menos de edad. Una de las conclusiones era que “la renta básica universal tiene ventajas pero también costes muy elevados, lo que da lugar a un dilema entre generosidad y presión fiscal”
Por otro lado, el Foro de Davos estimaba antes de la pandemia, que para este año desaparecerían 5 millones de empleos en todo el mundo, independientemente del puesto, y que expone un futuro del trabajo donde podríamos vernos sustituidos por la Inteligencia Artificial (IA) y los robots.
En ese sentido se pronunciaba Elon Musk, viendo a este salario universal como una oportunidad:
“Necesitamos una renta básica universal; los robots se quedarán todo el trabajo”
¿Qué opináis vosotros?