Cada vez se producen más ciberataques, y ya no solo afectan a las grandes empresas y gobiernos…
Aquello que sonaba un poco a película de ciencia-ficción hace algunos años, es ya una realidad capaz de paralizar empresas (ahí está el ejemplo de Telefónica con WannaCry o de Hacienda con Trinity), causando por el camino pérdidas millonarias, secuestrando y comercializando la intimidad de nuestros datos personales…
La cosa llega tan lejos que estos ciberataques podrían ser capaces de cambiar el rumbo de unas elecciones presidenciales (según se ha dicho ya muchas veces en los últimos diez años).
Y con los avances en Inteligencia Artificial el riesgo y la sofisticación de estos ataques será exponencial…
Estamos en una ciberguerra aunque no nos hayamos enterado
Hoy en día la gran mayoría de la información está en internet. Eso significa que está almacenada en algún servidor y no hay ningún sitio que sea inaccesible. Y como dice el dicho, la información es poder.
Los gobiernos son conscientes de que hay ciertas estructuras económicas que no pueden dejar en el Laisse Faire de la economía liberal… entre otros el sector energético, de la sanidad, seguridad, justicia, la banca o el energético. Y también el de las telecomunicaciones.
Y en este camino, una parte del presupuesto del ejército se encarga de defender estas estructuras. Por eso hay unidades militares navales, de aire, de blanqueo de capitales… y la realidad es que durante los últimos años, los gobiernos están apostando y desarrollando cuerpos específicos de ciberseguridad.
Y como sucede en una guerra, hay una división, la de los reservistas, que en el caso de la ciberseguridad puede suponer un importante avance en esta lucha por el control de los datos y de la información.
En éste escenario, cada vez más países se plantean crear una división de ciberreservistas de los que poder tirar cuando haya un ciberataque del estilo del WannaCry. Uno de los que lo tienen más claro es Reino Unido, que ya lo ofrece en su web.
Ciberreservistas, ¿opción ideal?
Al no ser soldados, los ciberreservistas pueden presentar algunos inconvenientes para los estados:
- Muchos de ellos son hackers. Y los hackers, por definición, son libres e independientes de los gobiernos y grandes corporaciones (de las que desconfían). Es muy interesante escuchar a Keren Elazary sobre ello.
- Están limitados. Hacer pasar a un experto en hackear sistemas por un proceso de autorizaciones de seguridad para acceder a datos es un oxímoron, y exige un nivel de confianza en la persona muy importante. No es gente que pida permiso o espera a tener una llave, quieres ponerle puertas a maestros cerrajeros de las llaves de la web.
- Se van a dar conflictos de intereses, remuneración y régimen laboral. A menos que hablemos de jubilados, si usas como gobierno a ciberreservistas en períodos de ataques, probablemente sus empresas y clientes también reciban esos ataques… ¿a quién va a dedicar sus horas el cibereservista?
División de ciberseguridad en el ejército
Es mucho más sensato que haya unidades especializadas en ciberseguridad dentro del ejército. Es algo que pasa en blanqueo de capitales, en aire (recordad lo rápido que solventó el ejército el problema de las huelgas con controladores aéreos) o en alertas y emergencias contra desastres naturales…
- Igual que defendemos nuestras fronteras físicas de forma permanente, ¿no tiene sentido a nivel geopolítico tener esa misma defensa?
- Los ciberataques no desaparecerán…. y por lo tanto, una solución de ciber-reservas soluciona problemas puntuales pero no recurrentes. Necesitamos reforzar económicamente y en recursos una división fija de ciberseguridad.
Colaboración público-privada en estructuras de ciberseguridad
En ese sentido, que exista una estructura militar de éste tipo no significa que no pueda existir una colaboración puntual, que no tiene por qué ser a través de la figura de la reserva.
Da igual si es con empresas privadas o particulares que puedan colaborar en un momento puntual.
Israel por ejemplo, es una gran incubadora de proyectos empresariales relacionados con ciberseguridad y criptografía, muchos de ellos fundados por civiles que han pasado por éstas divisiones del ejército. Es más, Google o Microsoft, tienen fuertes inversiones en este tipo de startups.
Un modelo parecido ha decidido tomar Estados Unidos, que están intentando fomentar esta colaboración con el mejor talento tecnológico de Sillicon Valley para su división de ciberseguridad
Internet ha cambiado las reglas de defensa de los países.
Tontería no debe ser cuando potencias militares como Reino Unido o el propio departamento de defensa estadounidense se toman tan en serio su ciberseguridad… ¿Haremos lo propio en Europa o seguiremos legislando los tapones de las botellas?