La última final de la Uefa Champions League, que ganó el Real Madrid fue contra el Liverpool, y si bien fue un partido muy reñido hasta el último momento, fueron muchos los que no daban nada meses antes por ese equipo. Ese mismo equipo, un año después y sin uno de sus baluartes (Casemiro), se quedó a dos partidos de ganar otra copa de Europa. Para los que somos “antimadridistas” esto empieza a ser un sinvivir :-).
Sorprende ver cómo la tendencia de las grandes ligas durante éstos últimos años en los grandes equipos ha sido la de traer como entrenadores a los que fueron en su época grandes iconos y jugadores de dichos clubs. Algunos con éxitos recientes como Zidane, Diego Pablo Simeone, Pep Guardiola o Luis Enrique, otros que, pese a su reciente Liga, aún tienen que terminar de demostrarlo, como es el caso de Xavi en el Barcelona. Y cómo no, otros muchos que no han tenido esa suerte, como es el caso de Andrea Pirlo (Juventus), o Lampard (dos veces en el Chelsea). Carlo Ancelotti, que pasó por lo mismo que el resto entrenando a su Milán, y de ahí ha ganado UCL y Ligas en varios clubes. Camino similar al que ha tomado Guardiola. Lo que demuestra que este modelo no sólo funciona en el club de origen, sino que si lo alcanzas en tu club, es probable que lo logres en otros.
¿Con qué se encontró Ancelotti en el vestuario blanco, con el reto de liderar un equipo o gestionar egos en ese equipo?
En toda organización (y un equipo de fútbol también lo es) hay determinadas personas con perfiles muy distintos, con un gran talento y altos sueldos que deben trabajar en equipo, ¿cómo se gestionan los egos en estos equipos?
La gestión de Ancelotti en el Real Madrid en sus dos etapas ha sido sin duda un ejemplo de cómo gestionar egos. Él venía a sustituir a Zidane, una leyenda blanca, de jugador y de entrenador, que como director de orquesta, en apenas 4 años (en sus dos etapas), logró más de 7 trofeos, entre ellos 3 Champions League de manera consecutiva.
¿Cómo convences a un grupo que ha ganado tanto de seguir haciéndolo? Está claro, ese hambre competitiva sólo se logra al gestionar egos en ese equipo de forma excelente. Y pase lo que pase, es algo que hay que reconocerle no sólo al entrenador, sino a la estructura del Real Madrid.
Y en la empresa, ¿cómo afecta la gestión de egos?
Una empresa con equipos de alto rendimiento no es tan diferente de un equipo deportivo de élite. Hay egos con los que lidiar, jerarquías que analizar y roles definidos y por definir.
El caso de los egos es sintomático. No hay que olvidar nunca que el ego es la gasolina del talento, pero puede ser un arma de doble filo.
David Marcum y Steven Smith, tras dos años de investigaciones, publicaron “Egonomics: What Makes Ego Our Greatest Asset (or Most Expensive Liability)”, donde afirman que el el ego puede llegar a costar entre el 6 y el 15% de los ingresos anuales de las organizaciones.
No sólo eso, sino que además Paul Nutt en su libro Why Decisions Fail, concluye – tras analizar 400 malas decisiones de directivos en los negocios – que más de una tercera parte de éstas fueron motivadas por el ego.
Probablemente la gestión de egos sea, tras la mediocridad empresarial, el gran reto para la mal llamada retención del talento (debería ser atracción).
Artículos relacionados
