Bajo el paraguas de la llamada economía colaborativa y gracias al avance de la tecnología y de la crisis, vemos como cada día hay más plataformas presentes en nuestras vidas cotidianas ofreciéndonos toda clase de servicios como pueden ser los Uber, Lyft, Airbnb, Blablacar etc.
Sin embargo, ¿Es lo mismo colaborar en Wikipedia que ser una “Mama Shopper”?, ¿Es lo mismo compartir sofá en un CouchSurfing que una habitación en Airbnb?, ¿Es lo mismo compartir gastos de viaje en un BlablaCar o Amolens que cobrar y/o pagar por un servicio de transporte?
Negocio colaborativo NO ES Economía Colaborativa
Cada vez son más las voces que hablan de la importancia de delimitar qué es y qué no es economía colaborativa con diferentes posturas, que van desde modelos más cooperativistas a otros más mercantilistas… sólo para adelantaros la dificultad que entraña delimitar esta definición, en 2016, la propia Comisión Europea remarcó que cumplir con retos sociales no equivale por si sólo a ser llamado economía colaborativa.
Dada la dificultad de discernir claramente la naturaleza de la actividad de muchas de estas plataformas, algunos analistas han propuesto modelos para intentar esclarecer y diferenciar , buscando cómo establecer reglas para encontrar la verdadera “economía colaborativa”.
Y aunque no hay un estándar, podemos clasificar los diferentes tipos de negocio de economía colaborativa en función del grado de colaboración de cada modelo. A continuación os propongo algunas de estas ideas.
¿Cómo definir la naturaleza de la economía colaborativa? Modelos de negocio de la economía colaborativa
Dada la dificultad de discernir claramente la naturaleza de la actividad de muchas de estas plataformas, algunos analistas han propuesto modelos para intentar esclarecer y diferenciar, buscando cómo establecer reglas para encontrar la verdadera “economía colaborativa”.
Y aunque no hay un estándar, podemos evaluar el grado de colaboración de cada modelo. A continuación os proponemos algunas de estas ideas:
En su artículo “Understanding New Power”, Jeremy Heimans y Henry Timms, hablan acerca del poder que tendrán los modelos de negocio colaborativos ofreciendo un marco para entender y contrastar cómo funcionan los modelos participativos existentes en la actualidad, en contraposición a los modelos más tradicionales.
1. Según el grado de comportamiento (Jeremy Heimans y Henry Timms)
Mediante el grado de comportamiento, podemos distinguir varias formas de economía colaborativa:
- Sharing (compartiendo)
- Shaping (dando forma)
- Funding (financiando)
- Producing (produciendo)
- Co-ownership (co-propiedad)
1. Sharing
En los primeros niveles de comportamientos, los participantes pueden compartir (sharing) y dar forma (shaping) los esfuerzos de otras personas. Pueden hacer ambas como es el caso de Facebook. O en un nivel más alto de compromiso, apoyar (funding) esas iniciativas con recursos propios, como es el caso del crowdfunding.
2. Shaping, Funding, Producing
En un mayor nivel de implicación, nos encontramos con aquellos que no sólo apoyan o comparten los esfuerzos y recursos de otros, sino que contribuyen con los suyos propios (Producing). En este nivel estarían los “productores” y como ejemplos están Youtube, Etsy o DaWanda.
3. Co-propiedad
En el máximo nivel de implicación nos encontramos con aquellas actividades que son impulsadas en parte con comportamientos orientados a la copropiedad (co-ownership) como es el caso de Linux o de Wikipedia.
2. Según los escenarios (Michel Bauwens)
El teórico del concepto “peer to peer”, Michel Bauwens en su obra “Four Scenarios for the Collaborative Economy”, propone cuatro escenarios clave en el futuro de este modelo de negocio en base a la acumulación de valor mediante dos ejes: la circulación del capital y la circulación del beneficio. Estos escenarios son:
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Capitalismo netárquico: el objetivo es permitir y facilitar la cooperación P2P a través de plataformas, cuyos propietarios lo controlan de forma centralizada. En este sistema, aunque los usuarios crean y comparten directamente el valor, toda la monetización queda en manos de los propietarios de la plataforma y no tienen ni control, ni deciden, ni tienen influencia en la plataforma. Google y Facebook son ejemplos.
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Capitalismo distribuido: Se diferencia del anterior en que si permite un control distribuido y por lo tanto no existe el monopolio proveniente del modelo previo. El valor estará enfocado en la obtención de ingresos para una red de empresas con ánimo de lucro, permitiendo la autonomía y participación de diferentes agentes. Ejemplos de capitalismo distribuido son las plataformas de crowdfunding como Kickstarter.
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Comunidades resilientes (procomún local o cooperativas): En contraposición el afán de lucro, estos proyectos están enfocados a la generación de valor dentro de la comunidad. Suelen ser estrategias dedicadas a la mejora o incluso supervivencia de dicha comunidad y cuyo control queda en manos del territorio geográfico y de la comunidad iniciadora. Un ejemplo de comunidad resilente son las ecoaldeas.
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Procomún global: Similar al procomún local pero enfocándose en la idea de generar valor enfocado hacia el procomún transnacional mediante alianzas de empresas éticas . Para Bauwens las cooperativas tienen que actualizar su formato para adaptarlo a la era de las redes mediante la introducción de una orientación P2P y del procomún a nivel global.
3. Según el tipo de plataforma (Trevor Scholz)
Trevor Scholz en su obra “cooperativismo de plataforma: Desafiando la economía corporativa”, encuentra en las condiciones de trabajo y en la propiedad de la plataforma, los elementos centrales para poder hacer una curiosa tipología de economía colaborativa. Según el autor, lo que comúnmente se denomina economía colaborativa, ha derivado hacia un capitalismo de plataforma debido a la tensión existente en la economía del procomún a la hora de mantener el carácter mayoritariamente no mercantil de la actividad, con la necesidad de garantizar ingresos a las personas que contribuyen. Ante esto, propone una propuesta llamada cooperativismo de plataforma.
- Economía colaborativa del procomún. Es aquel modelo económico basado en la colaboración de comunidades de personas que contribuyen desarrollando recursos comunes en los que la propiedad es compartida y accesible como bien público y con el objetivo de cuidar de sus recursos comunes.
- Economía colaborativa corporativa (Capitalismo de plataforma): se refiere a aquellas corporaciones que cuentan a su disposición con trabajadores “sin salario mínimo, horas extraordinarias, paro o seguridad social”. Scholz defiende que son empresas que no generan beneficios para la sociedad sino para unos pocos (los accionistas de estas corporaciones).
- Cooperativismo de plataforma: supone hacer un mix entre el modelo original de economía colaborativa; la procomún y la actual economía colaborativa corporativa en la que estamos inmersos (según el autor). Un cambio estructural en la forma de propiedad, de la solidaridad y del reparto de los beneficios.
Tras ver esto, ¿Sabríais definir el modelo de economía colaborativa de Uber o Glovo?
Economía bajo demanda y Economía colaborativa
En mi opinión, hay que recuperar el concepto de la economía bajo demanda, que no es término del futuro, sino una evolución del modelo de Taiichi Ohn, Just in Time, en el que se producían bienes. Hablamos de un modelo de economía de plataforma tecnológica en el que la tecnología y la escalabilidad, permiten que el coste de ofrecer un producto o de proveer de un servicio, tras el desarrollo de la infraestructura (plataforma tecnológica), sea próximo a cero.
Evidentemente, los modelos de economía colaborativa que hemos visto antes también pueden cumplir este requisito, pero hay una diferencia sustancial con la economía on demand: Mientras que en la economía colaborativa se entiende que no existe beneficio sino únicamente sufragar y compartir costes, en la economía bajo demanda sí hay un beneficio que está limitado por el mercado.
De entre todas las reglas, ésta es la que más claramente nos hace ver la diferencia entre un Uber o un Blablacar.